Colecho y paso a su habitación

Processed with VSCO with a5 preset

Si me seguís en Instagram o leísteis este post sabréis que hace unas semanas empezamos la operación “independencia de habitación” de Marta. Desde que nació hemos hecho colecho con ella y ya había llegado la hora de probar a montarle su propia cama en su propia habitación. Digo probar porque no era un tema que me preocupase mucho, si se adaptaba bien, genial. Si no, pues ya llegaría su momento. Me he hartado de escuchar comentarios como: “uf, a ver cómo la sacáis de vuestra cama” o “ya es muy mayor, vais tarde. No va a querer ir a su habitación”. Sinceramente ni contestaba, me daba igual si esto realmente iba a ser así o no. Y, al final, cada niño tiene un ritmo. Os adelanto que Marta, una vez más, me ha dejado alucinada con su poder de adaptación.

Nuestra opción: El colecho

Hemos hecho colecho desde que nació porque nos ha dado la gana. Básicamente. Sí, yo también era de esas que decía “uy  no, el bebé dormirá en su cuna” y me tragué mis palabras una a una. Pero no me importó… La maternidad va un poco de eso, de tener opiniones previas que luego se van al garete. Ha sido muy cómodo para nosotros y para la lactancia dormir juntos. Ni Erico ni yo somos de dar vueltas en la cama o movernos mucho por la noche, así que no nos daba miedo. Además, yo he desarrollado (supongo que como todas las mamás o quizá papás –no es el caso de Erico jaja-) un instinto de protección mientras duermo que no deja que un brazo o una pierna se acerque demasiado! Comodidad aparte, me encanta el colecho. Durante 23 meses su cara ha sido lo último que he visto antes de cerrar los ojos y lo primero al despertarme. Me ha encantado que me buscase por la noche para sentirse protegida, que me diese la mano o que reclamase su comida cuando aún tomaba pecho. También es cierto que Marta nunca ha sido excesivamente demandante y, desde muy pequeña, ha dormido bien, por lo que no nos hemos visto obligados a buscar otros métodos para dormir. El colecho se ha adaptado muy bien a nuestra familia y nosotros a él. El último año lo hemos pasado solas las semanas que Erico estaba en Madrid, así que ni nos planteamos el paso a su habitación. Dormíamos las dos juntas. Pero su papá ya lleva casi un mes instalado con nosotras 🙂 y esto, sumado a mi barrigota y la inminente llegada de Eric, nos hizo plantearnos el paso de etapa: La habitación de Marta.

Processed with VSCO with a5 preset

El paso a su habitación

Había oído todo tipo de casos y experiencias. Nosotros decidimos comprar una cama estilo Montessori, para que le resultase más cómodo subir y bajar y nosotros no pasar la noche sufriendo por si se cae. Elegimos un modelo tipi (más económico que el modelo casita) y lo compramos en la tienda Babys en Elche (como me estáis preguntando un montón por la cama y la mayoría no sois de Elche, os dejo AQUI un link directo a Amazon, donde la venden similar), el colchón es de latiendahome, re-organizamos su habitación (hasta entonces, cuarto de juguetes y trastos varios) y Erico le montó la cama. El primer dia estaba muy emocionada con la cama nueva, por eso y siguiendo el consejo de una amiga, decidimos aprovechar esa euforia para empezar con el cambio. Todavía no teníamos ni las sábanas, pero le puse una sábana bajera de nuestra habitación y listo. Desde entonces, ha dormido en su cama cada noche, y ya llevamos más de un mes (con unos días en el pueblo por en medio).

Processed with VSCO with a5 preset

Nuestra rutina

La rutina que seguimos en la siguiente: Uno de los dos se acuesta con ella, leemos cuentos, cantamos una canción, contamos alguna historia, y tenemos paciencia hasta que se duerme (de momento no se duerme sola). Una vez dormida, ella se queda en su habitación y los papás se van a la suya. Hay noches que duerme completamente del tirón, otras que la oímos llamarnos en sueños y, cuando nos acercamos, sigue dormida, y otras que nos llama una o dos veces máximo. En esos casos, uno de los dos va, se tumba con ella y le da la mano y sigue durmiendo. Por las mañanas se despierta en su cama súper contenta y nos llama, o se sienta y coge algún juguete y está entretenida un rato hasta que nos damos cuenta de que está despierta. Muy mayor.

Processed with VSCO with a5 preset

Sensaciones

También me habéis preguntado mucho por Instagram cómo lo llevamos nosotros. Sobre todo yo que, durante el último año, he dormido sola con Marta la mayoría de las veces. Lo llevo (cuento mi experiencia pero sé que Erico se siente igual) muy bien. Pero porque con Marta todo pasa siempre de una forma tan natural que no me da lugar a pasar esa “lucha interna” de forma triste. Estoy feliz de ver lo madura que es y lo rápido que se ha adaptado, feliz de que los sábados o los domingos papá la traiga un ratito a su cama a “romansear” –que decimos aquí- (gandulear), feliz de no sufrir por mi barriga (últimamente Marta daba muchísimas vueltas y patadas), feliz de haberla disfrutado tanto cada noche y de callar todas esas bocas que auguraban lo que pasaría. Una vez más, se equivocaban. Y feliz de ver que Marta está creciendo independiente y segura. No lo estamos haciendo tan mal.

Esta es mi –nuestra experiencia-. Una vez más, se confirma eso que os digo siempre: No hay opciones buenas ni malas, ninguna será determinante o no tendrá vuelta atrás. Haced lo que os salga, lo que os diga el instinto, que será lo mejor.

¡Gracias por leerme!

Processed with VSCO with a5 preset

 

Deja un comentario