Es una frase que me repito a mí misma últimamente con bastante frecuencia. Es más un ejercicio interno que otra cosa. Cuando nos convertimos en madres, generalmente, surge de nosotras un lado controlador e inesperado. Porque si, puede que en tu vida seas de esas personas a las que le gusta tener todo atado, a las que no se le escapada nada, a las que les gusta dominar las situaciones… Pero lo de ser madre es otro nivel.
Me alucinaba ver a mi madre, sobre todo con mi hermana, preguntarle cada día (vive fuera) hasta lo que había desayunado, no entendía esa necesidad constante de controlar (podría buscar sinónimos, pero veréis el verbo repetido a lo largo del post porque no hay palabra que lo describa mejor) lo que hace, lo que come, con quién está, si ha dormido bien, si le duele algo… Pero ahora la comprendo. El otro día me sorprendí a mí misma indicándole a Erico cuál era la mejor forma de darle una tostada a Marta. Si, así como lo leéis. Que sí, que es su padre, la persona que mejor la va a cuidar del mundo, que no me cabe ni una duda. Pero no lo puedo evitar. Si no estoy con ella me pregunto si ha comido, si le habrán puesto la crema del sol, si tendrá tos, si habrá visto demasiados dibujos, si si si… Es cierto que, en un ejercicio de autocontrol, en la escuela infantil confío mucho y pregunto poco. Solamente si ha estado pachucha o tengo que avisar de algo, escribo un mensaje a través de la aplicación. No suelo llamar porque sé que, en caso de que ocurriera algo, tienen mi teléfono a mano para cualquier cosa. Con Erico (o si se queda algún dia con alguien de forma puntual) sí que soy un poco pesada. Sé que él, en el fondo, sabe que es una fuerza sobrehumana que me empuja (jajaja) y me suele mandar muchas fotos y videos a lo largo del día.
El caso es que últimamente intento estar más relajada y ser menos controladora. Soy MUY consciente de que quiero educar a una persona libre y autónoma, independiente y segura de sí misma, que va a estar bien aunque yo no esté y, aunque nos echemos de menos un poquito, es perfectamente feliz en mi ausencia. Que si un dia no se come todo el plato, no pasa nada, y que si va un poco despeinada (o con esos originales peinados que le hace su padre ;)) tampoco. Que desconectar 100% cuando eres mamá es imposible, pero sí vivir la maternidad de forma tranquila. Y eso que yo no soy de las peores eh! 😉 Jaja.
El post está escrito un poco en clave de humor porque aunque es cierto que soy un poco controladora con el universo de Marta también he aprendido en estos dos años a dejar que todo fluya. Sabéis que no me gusta ser una drama mamá y que intento ver el lado positivo de todo. Pero si alguna mamá me lee y se ha sentido identificado con ese «ser controlador» del que hablo, ánimo, no estáis solas! 😉
👏👏👏👏👏👏
Gracias por este post…pensé que era la única en dar indicaciones al padre de mi hijo cuando se queda solo con él 🙈
Me encanta tu blog, Gema!
Un biquiño
super identificada