El parto de Carla

Parir en pandemia te llena de miedos, de dudas, de incertidumbres. Pasar el covid en la recta final del embarazo añade un extra a esa mochila de preocupaciones. Que la fecha probable de parto coincida con la tercera ola tampoco ayuda mucho, como tampoco lo hacen las duras restricciones del momento. Pero si tú, que me estás leyendo, vas a tener un bebé pronto, hay una cosa que te quiero decir: dar a luz, en pandemia o sin ella, con más o menos medidas, es la experiencia más maravillosas que vas a vivir. Disfrútalo, vívelo intensamente, ilusiónate… Todo irá bien.

El 18 de febrero era jueves. Había pasado un día desde mi fecha probable de parto y ya empezaba a estar nerviosa. Por la mañana fui a la fisio, a Patri, con quien he hecho todo el seguimiento del embarazo y suelo pélvico. Le pedí hacer ejercicios para mover el esqueleto y estuvimos trabajando en la pelota, en suelo… No tenía ningún síntoma. Comí en casa con Erico y recogimos a los peques del cole, pasamos la tarde jugando y bailando (quería grabar un reels de esos divertidos del antes y después, con barriga y con bebé) y nos pegamos unos buenos bailes. Erico ese día tenía turno de noche y sobre las 21h00 se tenía que ir de casa. Al final de la tarde empecé a sentir alguna contracción. Nada alarmante y tampoco frecuentes. Erico insistía en cambiar el turno y quedarse en casa pero yo le pedí que no, que fuera a trabajar. A cambio, hablé con mi prima para que viniese a casa a dormir con nosotros, por no estar sola con los peques.

Cenamos, acostamos a Eric y Marta y nos pusimos una peli (Solo en casa II, la misma que vi cuando me puse de parto con Eric jaja). Nos descargamos una app de contracciones y parecía que cada vez eran más frecuentes, pero no demasiado dolorosas. Y, de repente… ¡rompí aguas! nos quedamos en shock, una mezcla entre risa, miedo, nervios… Con los dos mayores no me había pasado y era toda una novedad. Llamé a mis padres para que vinieran a por mi y Ali llamó a Erico para que fuese directo al hospital. Mientras, fui a darme una ducha y a recoger mis cosas. Pero las contracciones empezaron fuertes (¡muy fuertes!) y seguidas. Eras las 23:00 de la noche. Me di una ducha rápida y llegó mi madre, le pedí que subiese a ayudarme porque yo prácticamente ya no podía andar. Llegamos al hospital y enseguida me llevaron a urgencias de maternidad. Me exploraron y decidieron dejarme ya ingresada porque ya estaba de parto, en ese momento llegó Erico. Cuando entré en la habitación de dilatación (que ya es la misma en la que das a luz, no hay que moverse al paritorio) las contracciones cada vez eran más fuertes y seguidas, sentía que no pasaba ni un minuto entre una y otra. La dinámica de parto iba muy rápida. La matrona me dijo que me iba a explorar y ya estaba de 6 cm. Me senté un rato en la pelota de pilates, hicimos algunos de los trucos que nos había enseñado Patri en preparación al parto (@pelvicfloorfisio) aunque, sobre todo, mi objetivo era aguantar hasta que llegase el anestesista. Y llegó. Y vi la luz. Pero la epidural practicamente no me hizo efecto porque en la siguiente exploración ya estaba de 9 cm. Era la 1:23 de la mañana. No llevaba ni dos horas en el hospital. A los pocos minutos ya estaba en dilatación completa. A la 1:42 empecé a empujar. Ya la 1:45 Carla ya estaba aquí.

Fue un expulsivo maravilloso. 3 minutos intensos, que además tengo grabados con el móvil. Pura magia. Carla salió (la pude sacar yo y ponérmela encima), esperamos y Erico pudo cortar el cordón y nos quedamos dos horas haciendo piel con piel mientras ella encontraba el calor del pecho de mamá. En menos de 3 horas sucedió todo y aunque fue un proceso doloroso e intenso también fue rápido y emocionante.

El equipo de matronas fue absolutamente increíble. Igual que en los dos partos anteriores. Me acompañaron, me empoderaron, no se asustaron con mis gritos 😉 Repetiría mil veces la experiencia porque con ellas todo es mucho más fácil. Estuvimos en el hospital 48 horas y, a pesar de estar en tercera ola y con medidas más restrictivas (mascarillas puestas, no visitas, salidas del acompañante en caso de necesidad) estuvimos muy a gusto. Erico podía salir a por comida o a registrar a la peque y el resto del tiempo estábamos los 3 en la habitación.

Luego llegó otro gran momentazo… El encuentro de Carla con sus herman@s pero eso… Os lo cuento en el siguiente post 🙂

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