Toulouse con niños

Buenos dias! Aquí tenéis el post prometido después de cada viaje. Hemos pasado unos días muy bonitos en Toulouse, despidiendo el verano. La verdad es que el ambiente ya era un poco otoñal y sabéis lo mucho que eso me gusta 😉 Toulouse es conocida como «la ville rose» por los colores rosados tan bonitos que tiene la ciudad, especialmente al atardecer, y es un destino perfecto para viajar en familia. Poneos cómodas/os, que os cuento.

Además de ser una ciudad muy cómoda para pasear, con muchísimo atractivo, muchas cosas que ver y hacer, es un destino con vuelos bastante económicos, directos desde Alicante. A nosotros nos costaron aproximadamente 40€ cada uno con ryanair. El vuelo es de una hora aproximadamente por lo que no se hace nada pesado. Ya conocíamos la ciudad porque estuvimos con Marta bebé y nos encantó, así que decidimos repetir.

Esta vez nos hemos quedado en un hotel, el Novotel Toulouse Centre Wilson. Tiene una ubicación perfecta, pegado a la plaza del Capitolio, es nuevo, muy cómodo, con un desayuno delicioso y, lo mejor, es family friendly. Ya sabéis que este punto para mi es muy importante porque muchos días las jornadas de viaje terminan a media tarde y, si nos alojamos en hotel, necesitamos que tenga una pequeña zona para que los peques puedan jugar. Este hotel lo tiene! De hecho, no quería salir de alli. Os dejo algunas fotos.

Llegamos de noche el viernes así que cenamos algo rápido y nos fuimos a descansar para empezar nuestra jornada con energía. Os cuento nuestra ruta del primer dia:

1. Pasamos la mañana en el convento de los Jacobinos. Guardábamos un bonito recuerdo de cuando estuvimos y nos encantó repetir. El acceso al patio y a la exposición cuesta 5€ los adultos y merece la pena. Pasear entre los arcos, jugar un rato al ajedrez o las damas es un planazo.

2. Recorrimos la calle Taur hasta la Basilia de Saint Sernin.

3. Visitamos el Capitolio, y comimos en una de las terracitas de la plaza.

4. Cruzamos el Pont du Saint Pierre hasta la noria del otro lado. Subimos a la noria para ver la ciudad desde arriba.

5. Recorrimos la place de la Daurade y su ambiente. Si tenéis tiempo, compraos un café o un crepe y sentaros en las escaleras a contemplar el Garona y su skyline.

6. Dimos un paseo por la ladera del río, os recomiendo el canal de Brienne hasta llegar al siguiente punto. 

7. Visitamos al jardín japonés. Tomamos un crepé en uno de los puestos que hay en los jardines y los peques disfrutaron mucho de la súper zona infantil.

8. Visitamos la plaza de Thomas Wilson donde teníamos el hotel. Hay un tiovivo precioso. 

9. Optamos por cenar el el hotel porque se nos hizo tarde y tienen dentro un pequeño restaurante con pizzas, burgers… Los peques enseguida acabaron y se pusieron a jugar.

El segundo día comenzó con un desayuno en la habitación (este servicio no tiene coste adicional) y comenzamos la ruta:

  1. Fuimos al mercado de Victor Hugo porque los sábados hay mucho ambiente. Recorrimos sus puestos.
  2. Nos fuimos paseando hasta el rastro que hay en brocantes les Allés -que también está abierto los sábados- y termina en le Grand Ronde, un jardín precioso que está ubicado entre el Jardín Royal y el Jardín des Plantes. Hicimos un pequeño picnic para almorzar.
  3. Fuimos hasta el lago del Jardín Royal que se accede por un pequeño puente. A los peques les gustó mucho.
  4. Cruzamos hasta el Jardín des plantes, en primavera está más colorido, pero aún así merece la pena. Además tiene un parque infantil muy chulo.
  5. Cogimos el bus y llegamos a Halle de la Machine. Comimos en un asiático que hay fuera: Pitaya Thaï Street Food porque el restaurante del museo cerraba pronto. El museo es muy chulo, el principal atractivo es el minotauro gigante, pero tiene máquinas e inventos «locos» que te van mostrando los trabajadores. También tiene proyecciones en la planta de arriba y zona para pintar.
  6. Volvimos a la ciudad y paseamos hasta la Plaza de St George, que tiene muchisimo encanto por las tades, con terrazas llenas de lucecitas donde picas algo y también área de juegos muy chula, que recrea un dragón gigante. Cenamos en Prima Fabrica, unos gnocchis fritos, burrata y albóndigas deliciosas.

El tercer día lo dedicamos a Carcassonne. Desde la estación de Toulouse Matabiau tienes trenes cada media hora directos a Carcassonne y tardan sobre 1 hora. Merece la pena descubrir esta preciosa ciudad medieval. Como nuestro tren se retrasó, llegamos más tarde de lo esperado y comimos en un restaurante al salir de la estación para poner rumbo a Cité de Carcassonne, el acceso a las murallas, al castillo… Es un paseo de una media hora hasta llegar arriba. Paseamos tranquilamente por esta ciudad de cuento, mientras los peques se metían en el papel de caballeros medievales.

El último día, como el avión salía casi de noche, pudimos aprovechar bastante. Hicimos un free tour que comenzaba a las 10:00 desde el Capitolio. Lo reservamos aquí con Civitatis y nos gustó mucho. Terminamos a la hora de comer y optamos por Pastel et Sarrasin, una crepería en la que sirven galettes (crepes salados) muy ricos en la Rue Taur. Después recorrimos el barrio de Catedral y Barrio Saint-Etienne, que ya habíamos visto en el free tour, pero sus calles son dignas de perderse. Y paramos en Place Sainte-Scarbes, una de las plazas más fotogénicas y bonitas de Toulouse. ¡Tiene un encanto especial! También paseamos por el Barrio del Carmes. Volvimos al hotel a recoger las maletas y nos fuimos para el aeropuerto.

Tanto para venir como para volver, al ser en horarios de noche optamos por taxi, llamamos a Jesus que tenía coche grande y lo conocimos en el aeropuerto y superbién, con precio cerrad. Si necesitáis su contacto me podéis escribís por insta y os lo paso.

Y creo que ya estaría todo! Toulouse tiene el Museo de Historia natural muy completo, la Cité de l’espace que nos recomendaron mucho pero nos faltaban días, además el año pasado estuvimos en la NASA y ya tuvieron su dosis del espacio ;). Y, sobre todo, pasear y pasear!

Espero que os haya gustado el post, cualquier duda, ya sabéis que estoy disponible aquí.

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