
Lo sé, lo sé, ya voy tarde. Me gusta publicar el post del viaje en cuanto volvemos para no olvidarme de los detalles pero estas semanas han sido una locura y no he tenido tiempo de ponerme hasta ahora. A finales de abril hicimos una pequeña escapada post-Semana Santa y ya sabéis que soy una loca de todo lo british, cuando vi que los billetes a Bristol estaban muy bien de precio y nos cuadraban las fechas, ni me lo pensé.
Os pongo en situación: Volamos a Bristol un mes antes de la pandemia para alquilar un coche y visitar algunos de los pueblecitos de los Cotswolds, estuvimos también en el Stonehenge y visitamos Bath (os dejo la guía de este viaje aquí por si os apetece recordarlo), el último día, como volábamos de nuevo desde Bristol, lo habíamos adjudicado a visitar la ciudad, pero fue un día horrible de lluvia y temporal y no pudimos ver nada. Nos habíamos quedado con la espinita y, por eso, decidimos volver. Y fue una decisión genial porque Bristol es un destino perfecto para viajar en familia.

Esta vez nos alojamos en un hotel porque los alojamientos eran muy caros y no se ajustaban a nuestras necesidades. Escogimos Leonado hotel y muy buena experiencia calidad/precio (excepto por el episodio de Dumbi, ya sabéis!). Reservamos también el desayuno (bastante completo) y una noche incluso cenamos allí porque no nos apetecía salir y bueno, la carta es limitada y la calidad no es muy allá pero para que lo sepáis si tenéis que salir del paso. El primer día fue de ubicarnos, comprar algunas cosas, deshacer maletas, dar un paseo… Pero os cuento todo lo que hicimos el segundo día, que lo pasamos completo en Bristol:
- Zona de Harbourside
- St Nicholas Market (todo tenía una pinta increíble).
- Puente colgante de Clifton desde abajo.
- Casitas de colores del puerto y toda esa zona.
- Queen Square.
- Arte urbano (no os olvidéis de que es la ciudad de Banksy).
- Catedral
- La Noria -Bristol Eye- y la feria.
Comimos en uno de los wetherspoon (hay varios en la ciudad y los desayunos ingleses están muy ricos y bien de precio).









El segundo día decidimos visitar el precioso pueblo de Bradford-on-avon. Creo que la zona de los Cotswolds es una de mis zonas favoritas de toda Inglaterra y este pueblo, sin duda, es de los más bonitos. Situado a orillas del río Avon está considerado como la entrada por el sur a esta parte de la campiña inglesa. Compramos los billetes de tren con antelación directamente en la web inglesa y la distancia es media hora desde Bristol. Merece mucho la pena. Os dejo aquí que hacer en este pueblo de cuento:
- Desayunar en The Bridge Tea. La casa de té más antigua (y ya os digo yo: más bonita) de toda Inglaterra. Pedid las tostadas con mermelada casera y la carrot cake!
- El cruce de St Margatet Street con Bridge Street
- Town bridge & lockup
- The sambles (el centro del pueblo y donde se encuentran las casas más antiguas).
- The Saxon Church
- Kennet & Avon Canal, esta es la zona del canal y es una preciosidad. Súper verde y perfecto para pasear. Al final de este paseo hay una zona infantil con columpios para los peques, delante del granero:
- Tithe barn , un precioso y enorme granero medieval del siglo XIV
- Este día comimos en Timbrells Yard, os recomiendo el Flat iron chicken, espectacular.
Es un pueblo que se ve en un par de horas pero os recomiendo pasear sin prisa, disfrutar de sus callecitas, que parece que se han quedado congeladas en el tiempo, y de su esencia. Tan inglesa.









El tercer día continuamos descubriendo Bristol e hicimos otra ruta que nos encantó.
- Desayuno en Mark’s bread, en North street.
- Mucho rato de juegos en el parque de Greville Smyth.
- Visita a la increíble mansión de Aston Court y ver los ciervos en el bosque de Leigh woods.
- Cruzar el puente colgante de Clifton y hemos dado un paseo por el barrio de Clifton.
- Comer en en Giggling squid, un tailandés delicioso.
- Café para llevar en café en Nero para cruzar la Preciosa Victoria Square.
- Recorrer Park St hasta Bristol city council para continuar hasta harbourside y volver a disfrutar un ratito de la feria 🎡









El último día volábamos por la tarde y amaneció lluvioso asi que nuestro plan fue visitar el museo M Shed. Estuve viendo cual era el más interesante para ir con peques y sin duda este era el más recomendado. Es un museo de la vida y costumbres de la ciudad; muy orientado a visitas con niños, ya que tiene mucho «para tocar», jugar e interactuar. La entrada es gratuita. Desde la cafetería del museo tenéis unas vistas increíbles al tren de vapor (que podéis coger). Os recomiendo sentaros un rato y probar el delicioso banana bread que tienen con un café.
Y creo que eso es todo! A diferencia del viaje anterior, esta vez en Inglaterra no hemos tenido que presentar nada referencia al covid (solo el certificado de vacunación en el aeropuerto de Alicante para entrar en España). No os olvidéis de que es indispensable viajar con pasaporte, tanto vosotros como vuestros peques.





Espero que os haya gustado! Nos leemos en la próxima aventura!