
Cuánto hacía que no me pasaba por aquí para publicar un post como los de antes. De los que sabes cómo empiezan pero no cómo acaban. Tenía estas fotos preciosas que les hizo Ruth de Limalimón y no quería guardarlas solo para mi, asi que me han parecido la excusa perfecta para sentarme un rato a escribir y hablaros de cómo ha cambiado nuestra vida en los últimos meses.
Os prometo que todo lo bueno que pueda decir de Carla se queda corto. No hay duda de que tenía que ser ella. Es tan especial, tan simpática, tan preciosa… Que me sigo emocionando cada vez que la miro, me derrito con cada sonrisa, con cada balbuceo… Y sus herman@s más todavía. «¿Qué le pasa a mi Carlita?» Suele decir Eric cada vez que la oye. Marta es una experta traductora y a cada ruidito ella enseguida me explica: «Mamá ha dicho yaya». Verlos a los tres juntos es lo mejor que me ha pasado y me pasará en la vida y doy GRACIAS (en mayúsculas) cada día.
Eso no quiere decir que haya sido todo coser y cantar. Tener tres peques, tan pequeños, es tela marinera. Sobre todo porque, a pesar de que se llevan muy poquitos años, cada uno está en una etapa madurativa diferente, cada uno tiene unas necesidades distintas y sus personalidades (y demandas) son como la noche y el día. Y no es fácil saber identificarlo, saber gestionarlo, tener la paciencia para entenderles… No lo es. A veces la maternidad te sobrepasa y en muchas ocasiones las dudas de si lo estás haciendo bien te asaltan. A mi, a ti y a la vecina. Le ha pasado a tu madre, a tu abuela y a todo el mundo, aunque para tí sea tu universo, único y absoluto, es una realidad compartida.

Aún así nosotros «tiramos palante». Muchas veces me preguntáis cómo somos capaces de seguir haciendo planes, de viajar, de salir… Pues no hay secreto amigas, simplemente saliendo de nuestra zona de confort, siendo conscientes de que no es tan sencillo como cuando éramos una pareja, sin más responsabilidades, pero que no es imposible. Que si cuesta el doble (en este caso, el triple!) de tiempo, pues no pasa nada, que si el plan no sale como habíamos esperado, pues tampoco hay que rendir cuentas a nadie. Nosotros somos de aventuras, qué le vamos a hacer 😉
En otras ocasiones nos preguntáis si los mayores tienen celos. Si entendemos celos como un rechazo o una mala actitud hacia su hermana: NO. En absoluto. Si vuestra pregunta es si su actitud ha cambiado: Por supuesto. Creo que todos los cambios (en adultos y en niñ@s) provocan un efecto en cada uno de nosotros. La estructura familiar se ha visto modificada y eso se refleja en su forma de actuar. Eric especialmente, pero Marta también está reaccionando al hecho de ser 3 y de que su rol en la familia cambie. Es lo normal y lo natural. Hay veces que nos cuesta saber cómo afrontarlo, pero aprendemos cada día.

Cuando me decís que os estáis planteando el paso de 2 a 3 siempre os respondo lo mismo: es duro, en nuestro caso y siento tan pequeños, os mentiría si os dijese que es algo sencillo de gestionar. Pero merece la pena, no cambiaríamos bajo ningún concepto la forma de nuestra familia, para nosotros es perfectamente imperfecta tal y como es: YOU CALL IT CAOS, WE CALL IT FAMILY!